maandag 11 februari 2019

¿Qué son los adipocitos?


Los adipocitos son las células encargadas de almacenar grasas en forma de energía y constituyen el tejido adiposo o tejido graso. 
Los depósitos de grasa son agrupaciones de adipocitos que sirven como reservorio de energía para ser utilizados en caso de que la ingestión de energía no sea suficiente para las necesidades diarias de calorías. 


Cuando hacemos ejercicio consumimos una energía extra que obtenemos a partir de los depósitos de grasa corporal, lo que hace que disminuya la cantidad de grasa y, por lo tanto, el tamaño de nuestras células adiposas. 
Los alimentos que contribuyen a aumentar el tejido graso del cuerpo son las grasas en forma directa, por ejemplo la nata o los aceites.
Por otro lado, los hidratos de carbono consumidos en exceso también pasaran a formar parte del tejido graso en forma indirecta (se convierten en glucosa en exceso). 



Estas células pueden formar dos tipos de tejido adiposo diferente dependiendo su morfología. tejido adiposo blanco y tejido adiposo marrón.

El tejido adiposo blanco, está formada por unas células muy características, las células monovacuolares. Se diferencian de las otras células por que contienen en su citoplasma una enorme gota de lípidos. Esto hace que el núcleo se desplace a la periferia de la célula y que contenga pocas mitocondrias.  Además, se denominan así porque tienen una única vacuola que almacena grasa semilíquida. 
El tamaño de estas células es de entre 0,05 y 0,2 mm de diámetro y un humano adulto puede contener hasta 30 mil millones de células adiposas blancas. 
Su función es almacenar grasa que, en realidad, funciona como energía para nuestro cuerpo. 



El tejido adiposo marrón (o grasa parda) esta compuesto por unas células adiposas que contienen multitud de gotitas de lípidos en su interior. Se denominan células plurivacuolares porque constan de un gran número de pequeñas vacuolas.  Además, se caracterizan por tener un núcleo redondo y desplazado hacia un lado, por tener mucho más citoplasma que las anteriores y por contener un número muy elevado de mitocondrias, las que le aportan ese color marrón característico, de ahí su nombre. 
La finalidad de la grasa parda es generar calor, pero no es únicamente esto. Además sirve como un agente protector de la obesidad y de las alteraciones metabólicas gracias a su producción de factores hormonales.  
Este tejido suele situarse en áreas muy concretas del cuerpo: como son las regiones axilares, supraclaviculares, interescapulares, en el pericardio, aldededor de la aorta, el páncreas, los riñones y la tráquea.

También existe un tercer tipo de tejido adiposo, la grasa beige. No está confirmado científicamente que se pueda considerar un tipo de tejido adiposo independiente u otro modelo diferente de grasa marrón. 
Estas células poseen un mayor número de gotas lipídicas y menos mitocondrias que los adipocitos marrones, por lo que presentan un color más clarito, el beige. 
Por otro lado, se diferencia en que goza de una capacidad intermedia de generar calor entre los adipocitos marrones y blancos. 


El número de adipocitos en un adulto


Estudios recientes han confirmado que cada año aproximadamente un diez por ciento de nuestras células grasas mueren y vuelven a nacer. Cada diez años se renuevan totalmente. Diferentes estudios  en adultos no obesos obtienen información contradictoria, pues no coinciden en si el número de adipocitos es constante durante toda nuestra vida o únicamente desde que somos adultos.
Cabe destacar que al perder peso el número de adipocitos no disminuye, sino que se reduce la cantidad de grasa que almacenan. 
Por otro lado, al coger peso se produce un proceso conocido como hipertrofia, basado en el aumento considerable del tamaño de las células adiposas. Cuando estas células incrementan hasta cuatro veces su tamaño y alcanzan su capacidad máxima de almacenamiento se produce la hiperplasia, se dividen para permitir un mayor almacenamiento de grasa, por lo que aumentan en número. 
A partir de estos conocimientos se sabe que la obesidad depende del número de adipocitos y de la cantidad de grasa que contengan. 




Hormonas que regulan el tejido graso


La insulina es la hormona que regula la entrada de glucosa a la células adiposas y la síntesis de ácidos grasos instaurados. Lo que estimula la lipogénesis, es decir, la formación de tejido graso. 

Además, los adipocitos producen la hormona leptina, encargada de regular nuestro apetito al actuar como un factor de saciedad. 



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